La finalidad de estas normas es crear un marco referencial para garantizar a los consumidores los mejores niveles de calidad en cuanto a los alimentos que se les sirven. En este sentido, constituyen estándares mínimos que obligatoriamente deben ser cumplidos por los restaurantes, pudiendo también ser superados si se desea ofrecer un servicio de mayor calidad.
La importancia de estas normas radica primeramente en el deber de seguir tales protocolos. Pero adicionalmente, como empresarios, este sistema ofrece las pautas para garantizar a los clientes un servicio seguro y de calidad, cualidades que todo negocio necesita poseer.
¿De qué se tratan estas normas?
En primer lugar, es necesario saber que se trata de dos normas que, si bien están relacionadas son diferentes y cada una abarca puntos particulares.
La norma ISO 9001 está más asociada a la gestión y a la calidad, es decir, a pensar de forma prioritaria en el consumidor, estableciendo un sistema que apunte a la reducción de costes, garantice la eficiencia del servicio y prevea controles permanentes sobre el proceso productivo.
Por su parte, la norma ISO 22000 se inclina por la seguridad de todos los alimentos en cada fase de la cadena de suministro. De aquí se deriva el denominado sistema de gestión inocuidad de alimentos, del cual se desprenden los requisitos a cumplir para garantizar dicha seguridad.
De tal forma que al cumplir con las mencionadas normas se crece en cuanto al nivel de calidad de la empresa. Esto es una ventaja que se traduce en la confianza que transmitirá a empresas con las que tenga relaciones comerciales, organismos de seguridad y principalmente, sus clientes.
Para estar al día con estas normas, busque asesoría con empresas dedicadas a la seguridad alimentaria y verá la diferencia.